Guggenheim e controle 1

En el museo Guggenheim, el ladrón estaba en casa
EVA LARRAURI
17 April 2008

El País – Nacional –3 (3ª Ed. Madrid) -42

El director financiero confiesa que robó 490.000 euros

Bilbao

El máximo responsable de las cuentas del Museo Guggenheim Bilbao, Roberto Cearsolo Barrenetxea, director de Administración y Finanzas, se ha apropiado de 486.976,38 euros desde 1998, procedentes de la sociedad creada para la compra de obras de arte y de la inmobiliaria propietaria del edificio. Cearsolo reconoció la sustracción del dinero en una carta enviada al director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, el pasado viernes. La autoinculpación llegó ocho días después de que sus colaboradores iniciaran la recopilación de documentos solicitados por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) para elaborar una auditoría.

Ayer el Museo Guggenheim presentó en el juzgado una denuncia contra Cearsolo por las irregularidades en las cuentas y procedió a su despido. Junto a la carta de inculpación, Cearsolo, mano derecha de Vidarte desde que el proyecto del Guggenheim no era más que un embrión, envió un cheque por importe de 251.900 euros y el martes hizo entrega de otros 36.000 euros.

Cearsolo presentó un certificado de baja por depresión y advirtió de que “iba para largo” un día antes de la llegada de la solicitud de documentación del TVCP para revisar las cuentas de la Sociedad Tenedora, constituida al 50% por el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya exclusivamente para la adquisición de la colección de arte del Guggenheim. Entonces, Vidarte encargó al número dos del área financiera, Andoni Dobaran, la preparación de los informes. El TVCP inició la auditoría por encargo del Parlamento vasco, que acordó realizarla tras haberse descubierto en un informe anterior pérdidas de seis millones de euros en operaciones de compra de divisas entre 2002 y 2005. Dobaran detectó las irregularidades cometidas por Cearsolo, que habían pasado el control interno del museo, los informes del TVCP y las auditorías externas encargadas por el Guggenheim, la última correspondiente a las actividades de la Sociedad Tenedora en 2007, presentada a primeros de abril.

Según su propia confesión, para disponer de las cantidades realizaba transferencias bancarias o emitía cheques, falsificando la firma de la persona autorizada, el director general del Guggenheim. Cearsolo también reconoce que alteró las cuentas anuales de 2005, los libros de contabilidad y cambió un extracto de la BBK.

Cearsolo, economista de 48 años, casado y padre de dos hijos, ha estado vinculado al museo desde sus primeros pasos en 1992. El anuncio de las irregularidades causó conmoción entre sus ex compañeros. Según fuentes jurídicas, los hechos denunciados pueden constituir un delito de falsedad en documento mercantil, agravado por su carácter continuado en el tiempo, por el que corresponderían penas de entre seis meses a tres años de prisión.

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