Guggenheim e controle 2

Desfalco en el Guggenheim
IÑAKI ESTEBAN -17 April 2008 –El Diario Vasco
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l director general del museo, Juan Ignacio Vidarte, destituye a Roberto Cearsolo, su mano derecha y responsable financiero, tras confesar que se apropió de medio millón de euros

BILBAO. DV. El Museo Guggenheim Bilbao perdió ayer algo del brillo que le ha convertido en referente mundial. El lunar, en este caso, nada tiene que ver con el arte y sí con algo tan mundano como un desfalco en sus cuentas. El autor confeso de este agujero, que ronda el medio millón de euros, es Roberto Cearsolo, el hombre que amasaba todo el poder económico de la institución y que ocupaba el cargo de director de Administración y Finanzas hasta el pasado martes, día en que fue despedido por quien le había dado toda su confianza: el máximo responsable de la entidad, Juan Ignacio Vidarte. El dinero sustraído asciende a 486.979 euros, que Cearsolo fue transfiriendo desde el museo hasta sus cuentas privadas entre 1998 y 2005, según él mismo ha detallado en una carta dirigida a su ex jefe y fechada el pasado 9 de abril.

El Guggenheim se vio ayer obligado a sacar a la luz este escándalo, cuando todavía colea el asunto de la operación de cambio de divisas que causó unas pérdidas de seis millones de euros. Precisamente, las irregularidades del ex director financiero empezaron a aflorar a raíz de una petición de información por parte del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas del 3 de abril, referente a una auditoría que investiga la compra de dólares.

Cearsolo, de 48 años, no acudió a trabajar en esa fecha al estar de baja desde el día anterior, y Vidarte ordenó al subdirector del área, Andoni Dobaran, que reuniese la documentación requerida, una labor que siempre había estado en manos del ex director financiero. Dobaran dio la voz de alarma al descubrir unos extraños movimientos bancarios realizados en 2005 desde la Sociedad Tenedora del museo, encargada de adquirir obras de arte y de organizar exposiciones, y denunció una supuesta distracción continuada de fondos.

Denuncia en el Juzgado

Los responsables del Guggenheim pusieron en marcha una investigación interna y el 11 de abril recibieron la carta de Cearsolo. En ella, éste reconoce el desvío de fondos de la Sociedad Inmobiliaria, creada en su día para la adquisición del solar y la construcción del edificio de Frank O. Gehry, y de la que se llevó 161.000 euros entre 1998 y 2001. También confiesa que se apropió de recursos procedentes de la Tenedora por valor de 325.000 euros, sustraídos entre 1999 y 2005. Cearsolo detalla la cantidad de cada transferencia bancaria y de cada cheque que utilizó para hacerse con el dinero. Hay sumas que alcanzan los 72.000 euros; otras, en cambio, no llegan a los 300.

En la misiva, el ex responsable de las cuentas del museo reconoce que firmó talones como si fuera la persona autorizada, alteró las cuentas de 2005 y los libros de contabilidad del mismo ejercicio, así como el extracto de un banco. Cearsolo adjuntó con la carta remitida a Vidarte un cheque de 251.000 euros a favor de la Tenedora y prometía abonar el resto en el plazo de tres meses. En el acto en el que se le comunicó su despido aportó otro talón de 36.000 euros, lo que dejaría su deuda en unos 190.000 euros.

El Guggenheim confirmó ayer que ha puesto una denuncia en el Juzgado para que se determine si los hechos son constitutivos de delito. En el texto presentado por el museo se explícita que Cearsolo asumía «de manera personal el control de costes, tesorería, realización de pagos, control de ingresos y gastos, relación con entidades de crédito, seguimiento y ejecución de cobros…» de las sociedades Tenedora e Inmobiliaria, participada la primera por el Gobierno Vasco, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao, y la segunda por el Ejecutivo de Vitoria y la institución foral.

El ex director financiero, que disfrutaba de un sueldo bruto anual de 68.520 euros, también tenía mano en el control de las inversiones del museo, y suya fue la decisión de comprar dólares en 2002 para adquirir obras de arte, en previsión de una subida de valor de la moneda estadounidense respecto al euro. Debido a la revalorización de la divisa europea, la operación se ha saldado con unas pérdidas millonarias que el Tribunal de Cuentas está volviendo a auditar y que provocó su petición de información.

Caso aislado

El director general del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, acudió ayer a la rueda de prensa en la que se explicó el desfalco acompañado de todo su equipo directivo. En los asientos del auditorio se pudo ver también a una treintena de empleados del museo. «Pido disculpas por estos hechos, realizados por una persona en la que había puesto toda mi confianza. Y espero que este episodio se tome como un caso aislado y no empañe el trabajo del resto de la plantilla», reflexionó Vidarte.

Cearsolo entró a trabajar en el Consorcio Guggenheim, encargado de gestionar el proyecto del museo, casi en el momento de su fundación, en 1992. Desde entonces, asumió el poder financiero de la entidad, ratificado con su entrada en la plantilla en 1997, y se convirtió, en cuanto a los números, en la mano derecha del director general.

Vidarte descartó que las sustracciones tuvieran que ver con la operación de cambio de divisas, si bien matizó que la investigación está en curso y que se ha encargado una «auditoría de guerra» a la empresa Attest para clarificar la situación contable de la Tenedora y la Inmobiliaria. El Guggenheim, que en sus diez años de vida ha presumido de ser un modelo de gestión y de alcanzar una cota de autofinanciación del 75%, se ve ahora tocado por este escándalo.

Vidarte, que no se hizo responsable de lo ocurrido como superior de Cearsolo, sí admitió que faltó vigilancia financiera en estas dos sociedades instrumentales. No obstante, añadió, «ninguno de los hechos que se denuncian implican a las cuentas de la fundación, encargada de la actividad diaria del museo, que se someten anualmente a un informe de auditores externos y que, dados su volumen presupuestario y nivel de actividad, sí dispone de mecanismos de control».

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